Según Keith Griffi, bajo esa nueva concepción, se entendió que el objetivo del desarrollo no tenía que ser incrementar el PIB de una región, sino propiciar que la gente “dispusiera de una gama mayor de opciones, que pudiera hacer más cosas”, esto es, tener una vida más larga, librarse de enfermedades, tener acceso al conocimiento… Además de todo esto, Griffin apunta algo que más adelante comentaremos, y es que “un aumento en el suministro de artículos de consumo puede contribuir a aumentar las capacidades humanas”..