Los enlaces iónicos son un tipo de unión química que se forma entre un metal y un no metal. En este tipo de enlace, los electrones de valencia del metal se transfieren al no metal, creando iones con carga opuesta. El metal pierde electrones para convertirse en un catión con carga positiva, mientras que el no metal gana electrones para convertirse en un anión con carga negativa. La atracción electrostática entre estos iones de carga opuesta crea el enlace iónico. Los compuestos iónicos resultantes son sólidos cristalinos y, en general, tienen altos puntos de fusión y ebullición. Además, no conducen electricidad en estado sólido, pero pueden conducir electricidad en solución acuosa o en estado fundido debido a que los iones están libres para moverse y conducir la corriente eléctrica. Los enlaces iónicos son comunes en la naturaleza y se encuentran en muchos compuestos como la sal de mesa (cloruro de sodio), el cloruro de calcio, el sulfato de sodio, entre otros.