En la dimensión del esfuerzo físico y mental, para los maestros de secundaria la distribución del tiempo se plasma como la capacidad para sobrevivir todos los días: levantarse a temprana hora, correr de una escuela a otra siempre de prisa, solicitar permisos para arreglar múltiples trámites administrativos y burocráticos (SEP, SNTE, cooperativas, etcétera), asistir a reuniones de academicas, atender a los padres de familia, conseguir material didáctico,etc.
Para los estudiantes de secundaria la distribución del tiempo significa decidir entre diferentes alternativas para su vida personal. En este plano las tareas de las asignaturas (según sea el caso) compiten no sólo entre ellas, sino también con los intereses extra-escolares de los adolescentes: las redes sociales, la televisión, los amigos, los deportes, etcétera.
Los estudiantes se quejan frecuentemente de que tienen mucha tarea y de que varios maestros se le encargan como si fuera la única materia.Ante esta situación las opciones que toman son múltiples: van desde el alumno que cumple con prácticamente todos los trabajos como “debe ser”, hasta los que casi nunca hacen la tarea, pasando por los que se inventan estrategias para dar la apariencia de haber cumplido: se reparten la tarea y después se copian.