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La poesía épica medieval - Coggle Diagram
La poesía épica medieval
Los cantares de gesta
Definición: Los cantares de gesta son narraciones en verso que relatan las hazañas guerreras de grandes héroes medievales con lo que se afirma el sentimiento de nacionalismo: el pueblo se cohesiona en torno a un héroe digno de imitación.
Los cantares de gesta no se compusieron en latín, sino en las diferentes lenguas románicas para garantizar una difusión más amplia. Fueron transmitidos oralmente por los juglares.
Las gestas peninsulares trataron temas de los condes de Castilla, el Cid y el emperador Carlomagno.
En Francia destaca la Chanson de Roland, que narra las hazañas de Roldán, sobrino del emperador Carlomagno, que combatió a los musulmanes en Roncesvalles.
El cantar del mío Cid
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Se trata de un relato que refiere las hazañas del personaje histórico Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Se desconocen el autor y la fecha de composición del Cantar, que se conserva en un único manuscrito de 1207 «escrito» por un tal Per Abbat.
Historia y literatura se alían libremente en la obra, que se divide en tres partes estructuradas a partir de la pérdida y recuperación de la honra del Cid Campeador.
Estructura
Cantar del destierro: El Cid, desterrado por Alfonso VI a raíz de falsas acusaciones de la alta nobleza, pierde la honra y debe separarse de su mujer, doña Jimena, y de sus dos hijas —doña Elvira y doña Sol—. A partir de entonces, su decisión es recuperar la confianza del rey combatiendo para ofrecerle tierras y riquezas.
Cantar de las bodas: En su afán guerrero, el Cid reconquista Valencia y recupera así su honra pública. Se reencuentran en Valencia el cid y sus hijas. Para recompensar su fidelidad, Alfonso VI concierta el matrimonio de las hijas del Cid con los infantes de Carrión.
Cantar de la afrenta de Corpes:La conducta de los infantes no se corresponde con lo que se espera de su condición social. Son humillados por su cobardía y su respuesta es una brutal agresión a sus esposas en el robledal de Corpes. El rey repara este daño y casa a las hijas de Rodrigo con los infantes de Navarra y Aragón.
La alianza entre el Cid y el rey Alfonso VI simboliza el enfrentamiento de la monarquía y la baja nobleza con los altos estamentos nobiliarios, que reivindican sus privilegios. Pero el poema es también el retrato de un héroe valiente, inteligente, aunque también humano, que representa a la cristiandad frente a los musulmanes en plena Reconquista.
Rasgos
· La elección del verso, para diferenciar la expresión de la lengua cotidiana.
· El uso de versos irregulares, con tendencia a las dieciséis sílabas, agrupados en series o tiradas de versos monorrimos. Presentan una cesura (pausa interior), que los divide en dos hemistiquios. La rima es asonante, pero con irregularidades.
· La presencia frecuente de fórmulas fijas y epítetos épicos («el que en buena hora ciñó espada», «el de barba vellida»), refuerzan la descripción positiva del héroe y facilitan la memorización en la transmisión oral.
También aparecen apelaciones al oyente y exclamaciones, así como la utilización del estilo directo.
Los romances
Los primeros romances nacieron, probablemente, de la fragmentación de los poemas épicos a principios del siglo XIV. Los pasajes más atractivos o emocionantes eran seleccionados por los juglares para ser cantados y transmitidos de generación en generación. Esto hace que existan a menudo variantes o versiones diversas de un mismo romance. No será hasta finales del siglo XV cuando se recojan por escrito y se recopilen en colecciones denominadas romanceros.
Los romances son anónimos y pertenecen a la memoria colectiva; se cantaban y bailaban acompañados de música en la corte, en las fiestas y en el trabajo en el campo. Se transmitieron por tradición oral.
Formalmente se caracterizan por su estructura dramática con incorporación del diálogo; por el uso de repeticiones y paralelismos; por la sobriedad en la adjetivación y una gran emotividad.