Coherente con su punto de vista, es un oponente de las políticas de austeridad, y considera que las economías de Estados Unidos, Japón y Europa están en una "trampa de liquidez", en la cual el ahorro no se convierte en inversión y cada vez que los gobiernos recortan los presupuestos públicos, contraen la economía, con lo que se disminuye la recolección de impuestos y en vez de pagar las deudas, las aumentan.