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Dolor y Política, por Martha Lamas
DOLOR, RABIA Y VIOLENCIA
Feministas "anarcas"
Así se les llama a las que van de negro, encapuchadas y haciendo destrozos.
Se les califica como "violencia feminista" y se le tiene que catalogar de esa forma aunque muchas digan que es una "resistencia al patriarcado"
Hay distintos tipos de violencia, Sémelin plantea las siguientes:
Violencia de la sangre: también llamada por Galtung "violencia estructural", es aquella contenida en situaciones de miseria y opresión.
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Se cree que las encapuchadas surgen de las pandillas callejeras, las cuales surgen en las condiciones precarias de barrios urbanos, donde las mujeres tenían lugar como "objetos sexuales" y "madres nutricias".
Por lo que la aparición de bandas de chicas se atribuye a la transformación de un contexto social y es adaptado en la lucha feminista como sentido de empoderamiento, pertenencia y la creación de pandillas como refugios.
Semejanza entre violencia y antropología: ambos insisten que el carácter de los ritos, normas y símbolos que hace posible la vida social, "domesticando" la violencia.
Se debe de hacer una reconceptualización del análisis cultural ya que las definiciones de violencia le quedan cortas a lo que realmente es. Blair propone "politizar" la cultura.
Se encuentra una fuente de opresión hacia las mujeres: el romance, la moda y la belleza.
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NO ES LA PRIMERA VEZ
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La violencias cotidianas de todo tipo, gestan la depresión o la rabia que instiga a luchar por un cambio, recurriendo a la violencia para ser tomadas en cuenta.
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EL DOLOR EN LA RABIA
Hay un hartazgo de tanta impunidad, hartazgo de las precarizaciones múltiples que viven las mujeres (económicas, culturales, afectivas), hartazgo de los atroces feminicidios. Las activistas sienten dolor, rabia y exigen un cambio político.
Violencia en la familia: Las historias de acoso y abuso sexual, en casas y calles están presentes desde los 3, 5, 6 años y forman parte de oscuros secretos de familia.
EVENTOS REVOLUCIONARIOS
"Yo no soy Ayotzinapa": el 26 de septiembre de 2015 ocurrió una marcha en recuerdo de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, donde Dahlia de la Cerda, una joven escritora feminista dice la consigna "Yo no soy Ayotzinapa", haciendo alusión a que una desaparición de un hombre no es la misma a la de una mujer, además menciona que las desapariciones de las mujeres no solo son en un estado, sino en todos.
Movilización Nacional contra las violencias machistas: sucede el 24 de abril de 2016, en esta marcha es cuando las feministas asumen públicamente su rabia, su rabia acumulada.
"¡Somos malas y podemos ser peores!: saliendo del paro en 2020, en la Facultad de Filosofía y Letras, las jóvenes corean: "Somos malas y podemos ser peores, y al que no le guste, se jode, se jode!". Celebrando un quiebre gozoso del mandato tradicional de la feminidad donde las mujeres no pueden expresar su rabia porque no es femenina.
"Un violador en tu camino": Dafne Valdés, Paula Cometa, Silvia Sotomayor y Lea Cáceres crearon un performance con coreografía donde decenas de jóvenes con los ojos tapados por una venda negra, acentuó la fuerza de un texo que repitió una dura denuncia política hacia las violaciones y el Estado, llamándolo "violador" por la gran injusticia que hay en éste alrededor de los casos de violencia sexual. Ha sido la intervención pública feminista con más impacto.
Canción sin miedo: Vivir Quintanilla, una joven norteña, compuso esta canción, donde insiste el reclamo hacia el Estado y las fuerzas judiciales y policiales.
LA RABIA
La rabia como concepto social, está fuera de lugar dentro del modelo de la feminidad.
La rabia ha resultado una válvula de escape de sentimientos de dolor, enojo e indignación.
Las acciones de protesta "violentas" generada con la rabia de las mujeres generan rechazo, asombro y miedo. María Teresa Priego dijo en 2019: "¿De veras van a perseguir a las compañeras que rompieron unos vidrios? En este país de mujeres rotas. Cuerpos rotos. Corazones rotos."
Marcela Turati en 2016 establece un vínculo entre la rabia y la violencia donde dice "La guerra me volvió feminista".
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