Larco distribuye entonces “la concepción religiosa mochica en dos personas: la abstracta y la humana” (Larco 2001 [1939]:273), y marca una analogía con la religión católica, pues Ai Apaec constituiría una especie de “misterio de divina dualidad”, donde sería tanto el dios supremo, abstracto, inmaterial, espiritual, como su materialización en un ser antropomorfo con rasgos felinos, el intermediario entre los hombres y un ser supremo, la “materialización divina para poder venerar y adorar al supremo omnipotente que no comprende”