La velocidad de reacción química es importante en la cocina, especialmente en la cocción de alimentos. Esta puede afectar la textura, sabor y color de los alimentos. Por ejemplo, si se cocina una carne demasiado tiempo, puede estar seca y dura. Si la velocidad de reacción se altera, los alimentos pueden quedar quemados o crudos, lo que afectará su sabor y textura.