Concuerdo con la definición o descripción del hombre contemporáneo: voraz, en busca de lo inmediato, está enajenado. Actualmente las redes sociales, las instituciones, los medios de comunicación nos mantienen ajenos de lo que ocurre inmediatamente a nuestro alrededor; por eso el mindfulness ha tenido tanto apogeo últimamente: se requiere volver a la consciencia de lo cotidiano. También, estos elementos, nos insertan y nos contactan con un sistema capitalista que nos programa para ser voraces, no para tener metas, objetivos y sueños; sino para consumir, para la inmediatez, para atragantarnos con lo que sea que este sistema tenga para ofrecernos. Y a la vez, esto nos vuelve un bien de consumo: las empresas admiten abiertamente vender nuestros datos a otras empresas, ¿para qué? para que puedan vendernos más, para alimentar su voracidad a costa de la nuestra.