Sánchez y Martínez (2020), refiere que en la evaluación para el aprendizaje, las y los docentes reúnen evidencias de lo que las y los estudiantes saben (teoría), saben cómo (procedimientos), muestran (ejemplifican o describen) y hacen, es decir, de sus fortalezas, así como de aquellos aspectos que representan sus áreas de oportunidad para mejorar su aprendizaje, por lo que los docentes son esos facilitadoras y facilitadores que, junto con las y los estudiantes, buscan e interpretan evidencias con la intención de determinar en dónde están con respecto a su proceso de aprendizaje, a dónde deben ir y cuál es la mejor manera de ayudarlos a llegar ahí.