Los primeros reinos cristianos se formaron en el norte de la Península, en los territorios que los musulmanes no habían podido dominar. Estos reinos fueron conquistando tierras que estaban en manos musulmanas. Este proceso se denomina Reconquista, y duró casi ochocientos años, en los que se alternaban épocas de guerra y de paz. Los reinos cristianos se unieron y separaron, y, fueron cambiando de nombre. Así el reino de Asturias, pasó a llamarse reino de León y más tarde corona de Castilla, y el de Pamplona, reino de Navarra. Castilla y León comenzó, en el siglo xi, la conquista de los territorios al sur del río Tajo. Para frenar el avance del reino cristiano, el pueblo musulmán pidió ayuda a sus aliados en el norte de África (almorávides y almohades).
En el siglo xiii, el reino de Castilla y León volvió a la ofensiva y consiguió dominar casi todo el sur peninsular.
El reino de Aragón, a partir del siglo xii, también conquistó los territorios musulmanes de Baleares y Valencia. Además, se expandió por el sur de Italia y las islas de Cerdeña y Sicilia.
A finales del siglo xiii, había cuatro reinos: Castilla, Navarra, Aragón y Portugal. Solo permaneció, durante doscientos años, el reino nazarí de Granada, que fue conquistado por los Reyes Católicos en 1492.