Desde el 409 d. C., y antes de la formación del reino visigodo en Hispania, otros pueblos germanos, como suevos, vándalos y alanos, intentaron asentarse aquí. Por ello, el debilitado imperio romano pidió ayuda al pueblo visigodo para expulsarlos. En el 507 d. C., después de derrotar a estos pueblos y de desaparecer el imperio romano de Occidente, el pueblo visigodo se estableció en España.