Escaso crecimiento de la población: El crecimiento natural de la población europea se encuentra estancado o, en algunos años, es incluso negativo, debido a la baja natalidad. Por su parte, la mortalidad es elevada en aquellos países más envejecidos (Gran Bretaña, Alemania), o con un nivel de vida más bajo, como ocurre en diversas naciones de Europa oriental.