Las pautas de relación se pueden considerar como bailes. Si una pareja está bailando un tango y, de repente, uno de los dos decide bailar el vals, es muy difícil que la pareja siga bailando un tango. Lo bueno de esto es que cada uno de los miembros de la pareja puede cambiar la paula. Si uno de los miembros de la pareja cambia su parte de la pauta, el cambio crea un contexto diferente que probablemente modificará, o al menos perturbará, la antigua pauta.
Así, aunque el lector no pueda conseguir que la persona a la que ama lea este libro, puede llegar a cambiar la relación comprendiendo y modificando su parte de la pauta. Piense en su relación. ¿Qué comportamientos e interacciones se repiten una y otra vez? Ésos constituyen las pautas.