Para Carranza, este avance suponía un peligro a su liderazgo, por eso mantuvo aislado a Villa, quien respondió apartándose del control del Primer Jefe. De igual forma, Zapata combatía en la zona sur del país, pues aceptó el Plan de Guadalupe, pero sin adherirse a este.
Tanto Villa como Zapata exigían la distribución de tierra a los campesinos. Desde 1911, Zapata había desconocido a Madero mediante el Plan de Ayala por negarse a emprender el reparto agrario que prometió en el Plan de San Luis. Zapata consideraba que debía expropiar parte de las haciendas, pagando una indemnización a sus dueños, para que de manera inmediata los campesinos tomaran control de la tierra y la defendieran con armas.