Entonces empieza a tocar y a estimular sexualmente a tu pareja de cualquier forma que sea aceptable para ti y para ella. Puedes utilizar los dedos, las manos, la lengua, una pluma, el pelo, el pene o cualquier otra cosa que se te ocurra. Tu pareja te dará respuestas como: «más fuerte, más suave, mueve la lengua (dedos), más lentamente (más rápidamente)».
A continuación, prueba dos acciones sexuales diferentes y pregúntale a tu pareja cuál le gusta más. (Si hacer comentarios durante la relación sexual te distrae mucho, espera a después.) Cuando sea el momento adecuado, intercambia los papeles de dador y receptor.
A quien sea demasiado inhibido como para decir en voz alta lo que quiere, le proponemos un sistema especial de señales para hacer-le saber a su pareja lo que le gusta y lo que no durante el acto sexual. Lo denominamos la «Técnica del apretón de Hudson-O'Hanlon» (opuesta a la más conocida «Técnica del apretón de Masters y John-son»).
El que recibe el placer aprieta el brazo derecho del que proporciona el placer para darle a entender: «Me gusta esto... Sigue haciéndolo», y le aprieta el brazo izquierdo para indicarle que quiere menos estimulación de ese tipo. (Esta técnica no está recomendada para los disléxicos. De hecho, podría estropear su vida sexual. Sería mejor que utilizaran los gemidos para pedir más y los quejidos para pedir menos.)
Ya se utilicen palabras, gemidos, quejidos o apretones durante el acto sexual o después de él, animamos a lanzarse a hablar e iniciar una comunicación con la pareja para que, a largo término, ambos pue-dan enseñarse mutuamente lo que les gusta y lo que no.