Si el número de los obreros aumenta, sería posible aumentar también la productividad, suponiendo que también aumente el número de las máquinas que emplean para trabajar, lo cual arrojaría un mayor número de enlatados producidos al día. Esto, lógicamente, incidiría en un más rápido consumo de la materia prima (el metal de las latas, la energía, el agua, etc.), por lo que el nuevo ritmo de producción sólo podría mantenerse con un aumento proporcional de dichos insumos. Por lo tanto, hay diversas rutas hacia el aumento de la productividad de la empresa.