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AMOR ES AMAR CADA DIA. Capítulo 4. Integridad, límites y consecuencias. -…

- - - - La palabra integridad deriva de la misma raíz que la palabra integración. Sin integridad, nos sentimos divididos. Para sentirnos uno con nosotros mismos, no divididos, necesitamos actuar de un modo acorde con nuestros valores.
        
        La integridad tiene tres niveles. El primero implica mantener la palabra y seguir dentro de los límites acordados. El segundo nivel requiere responsabilidad por faltar a la palabra o violar los límites personales del otro. El tercer nivel exige poner remedio a los actos que han herido a la pareja o dañado la confianza y la seguridad en la relación.
- - - - (Desde luego, también existen límites que la mayoría de los adultos no acuerdan explícitamente, pero que se dan por supuesto, como la comprensión implícita de que no es aceptable que un adulto mantenga relaciones sexuales con un niño.)
      - La mayoría de los problemas que tienen las parejas en esta área obedecen a violaciones de acuerdos explícitos. Cuando en una relación ha habido un problema con la integridad, el primer paso es aclarar los límites y los acuerdos.
        
        Es importante, entonces, hacer que el acuerdo sea claro para que ambos miembros de la pareja sepan cuándo uno o el otro está manteniendo su palabra y cuándo no. Cuando se utiliza la video charla para describir lo que constituye «infidelidad», lo que significa «beber demasiado» o lo que es «ser irresponsable con el dinero», ambos miembros de la pareja pueden definir con claridad los límites de la integridad de cada uno.
        
        ¿Constituye infidelidad besar a otra persona o es necesaria la penetración sexual para que sea infidelidad? ¿Está bien contarle a otras personas detalles íntimos de la pareja? ¿Es «beber demasiado» tomar cuatro cervezas en una fiesta o lo es beber más de seis latas al día? ¿Es «irresponsable» comprarle al cónyuge un regalo caro y cargarlo en la tarjeta de crédito para pagarlo más adelante?
        
        Para tener la certeza de que no hay malentendidos y de que ambos conocen los límites, lo mejor es convertir las ambigüedades en videocharla.
- - - - A menudo nos preguntan si hay que comunicarle a la pareja que se ha roto un pacto. Ya sea gastar más dinero que el que se había acordado, perder algo que la pareja valoraba, emborracharse cuando se está fuera de la ciudad o tener una aventura amorosa, en nuestra opinión la línea directriz es: si algo que hemos hecho y no hemos comentado nos hace sentirnos alejados de nuestra pareja, probablemente lo mejor sea decírselo.
        
        A lo largo de los años hemos trabajado con muchos cónyuges que estaban más turbados por el encubrimiento de sus parejas que por la transgresión original.
        
        Cuando reconozcamos que hemos faltado a nuestra palabra o excedido los límites acordados, debemos hacerlo sin culpar a nuestra pareja y sin excusarnos, pero responsabilizándonos de lo que nosotros hemos hecho.
        
        Una vez que hemos reconocido nuestra falta de integridad y asumido la responsabilidad por ella, el siguiente paso es enmendarse y emprender cualquier acción necesaria para restablecer la confianza en la relación.
- - - - Las personas que tienen aventuras amorosas con frecuencia piensan: «Esto no va a hacer daño a nadie»; pero, cuando se descubre la aventura, a menudo al cónyuge traicionado lo atormentan los recuerdos, como a la gente que sufre de estrés postraumático (como los veteranos de guerra y las víctimas de violaciones). Pueden ser necesarios años para curarse. Las acciones que sugerimos en este capítulo y el siguiente están concebidas para facilitar esta curación, pero se ha de tener paciencia.
  - - - • Si faltas a tu palabra o quebrantas los límites, sé responsable de tus acciones.
        
        • Comprométete a enmendarte y a buscar acciones que restauren la confianza y establezcan límites seguros.
  - - - •Si has faltado a su palabra o quebrantado la confianza en tu relación, reconócelo ante tu pareja y hazle saber que asumes la responsabilidad de tus acciones.
        
        •Si has faltado a tu palabra o quebrantado la confianza en tu relación, comprométete a enmendarte. Sé extremadamente responsable si es esto lo que hace falta para restablecer la confianza. Pregúntale a tu pareja qué acciones podrías realizar para hacer las cosas bien o restablecer la confianza. No esperes que la confianza se restablezca al momento. Probablemente hará falta que durante algún tiempo te comportes de una forma coherente que inspire confianza para que tu pareja se sienta segura.
- - - - «Ella me incitaba a hacerlo.»
        
        Por lo general, somos optimistas acerca de las posibilidades de cambiar pautas nocivas en las relaciones, pero hemos descubierto que la violencia doméstica grave es el problema matrimonial más difícil de abordar. Son particularmente aterradores los casos en los que la violencia se produce de forma repetida y a veces parece que surge de la nada. Y, lo que es aún peor, algunos cónyuges no muestran remordimientos después de episodios violentos.
        
        El único proceder en estas situaciones es hacer todo lo posible para escapar vivo. Cuando se mantiene una relación en la que se producen abusos, sabemos que puede ser extremadamente difícil salir de ella. Es posible sentirse como si nunca se fuera a salir vivo o que, si se consigue, ni aun así se estará a salvo.
        
        Quienes nunca se han hallado en esa situación no pueden comprender lo que significan el miedo, la desconfianza, la humillación y la sensación de estar atrapado. No obstante, a ti que lees estas palabras, podemos decirte que mucha gente sale viva y, una vez que lo logran, consiguen recuperar la seguridad y la autoestima.
- - - - A veces uno de los miembros de la pareja se sale de los límites de un modo que amenaza la salud física o la seguridad del otro miembro o de la familia.
        
        Hemos ayudado a parejas a aclarar una variedad de problemas tales como que cualquier contacto físico mientras uno de los dos estuviera enfadado se consideraba violencia; o que beber cualquier bebida alcohólica, aunque fuera una cantidad pequeña, y conducir con los niños en el coche era poco seguro e inaceptable; o que cargar algo en una tarjeta de crédito se consideraba irresponsable.
        
        Asegúrate de que tus peticiones de acciones y tus quejas de acciones sean tan claras que tu pareja no tenga que imaginar los límites del comportamiento aceptable.
- - - - Aunque es frecuente que las parejas se culpen a sí mismas cuando sus cónyuges son violentos o tienen aventuras amorosas, cambiar la forma de hablar sobre el problema podría ser el principio de un cambio de pauta. Siempre que sea posible cambiar nuestras acciones o reconocer una pauta destructiva, conviene empezar a cambiar esa pauta.
- - - - Cuando la pareja se enfrenta al amor y la preocupación en vez de a la rabia, a menudo responde cambiando su comportamiento problemático.
        
        Este tipo de estrategia se incluye en una categoría especial del cambio de pautas. Cuando nos hemos acostumbrado a rescatar (como llamar al médico para un cónyuge con resaca), o suplicar y condenar, cambiar a un enfoque que enfatice nuestro amor y preocupación puede cambiar las pautas de la relación. Desde luego, algunas personas no responden a este enfoque; con estas parejas es el momento de utilizar las consecuencias.
- - - - Las consecuencias de sus actos los ayudan a darse cuenta de que son responsables de sus acciones.
        
        La mejor forma de hacer que tu pareja experimente las consecuencias de sus actos es hacerlo de un modo natural que no impute culpas. Las consecuencias de los actos vendrían a ser como la gravedad.
        
        Las consecuencias de los actos son especialmente cruciales cuando atañen a cuestiones de seguridad física. Cuando ninguna otra medida ha motivado un cambio, tal vez haya que poner fin a la relación.
        
        Estamos a favor de salvar los matrimonios y rara vez recomendamos el divorcio, pero también estamos a favor de evitar la violencia en las relaciones. Si la violencia es un problema constante en tu relación y los enfoques que recomendamos no acaban con ella, te sugerimos que te separes o te divorcies.
        
        La analogía que utilizamos para las relaciones irremediables es la de jugar a la pelota. Es como si le lanzáramos la pelota a nuestra pareja, pero ella no hiciera ningún intento de devolvérnosla. Sin inmutarnos, le lanzamos de nuevo la pelota, con la esperanza de obtener una respuesta. Pero, una vez más, la pelota cae al suelo. En algún momento empezamos a darnos cuenta de que es hora de dejar de jugar porque el otro equipo no está jugando.
        
        No podemos decir durante cuánto tiempo hay que seguir lanzando la pelota si la pareja no está jugando —si continúa bebiendo excesivamente, teniendo aventuras amorosas, comportándose violentamente o mintiendo de forma compulsiva—, pero en algún momento probablemente querrás marcharte y encontrar a alguien que quiera jugar a la pelota contigo.
  - - - • Cambiar la pauta referente al comportamiento destructivo.
        
        • Utilizar el poder personal expresando en la petición el amor y la preocupación por la pareja.
        
        • Hacer que la pareja destructiva experimente las consecuencias de sus actos.
        
        • Si se han agotado todas las opciones, romper la relación.
  - - - •Si tu pareja continúa negándose a responder, comienza a cambiar partes de la pauta destructiva en las que puedas influir. Recuerda que, aunque logres cambiar esas pautas, esto no significa que seas la causa de ellas o que seas responsable del comportamiento de tu pareja.
        
        •Comienza a aplicar las consecuencias, aumentando su severidad si fuera necesario. En el paso de acción anterior has cambiado tu parte de la pauta; en este paso convierte tus energías en medidas directas.
        
        •Si no funciona ninguna de las sugerencias anteriores y no puedes ver una oportunidad que conduzca pronto a un cambio del comportamiento destructivo, quizá sea el momento de que consideres el poner fin a la relación.