Los niveles elevados de serotonina producen algunos síntomas que pueden durar minutos u horas y generalmente incluyen inquietud, alucinaciones, taquicardia, escalofríos, aumento de la temperatura corporal y sudoración, pérdida de coordinación, dolor de cabeza, agitación, confusión, espasmos musculares, náuseas, vómitos, diarrea y cambios rápidos en la presión.
El síntoma más evidente de una deficiencia de serotonina suele ser un estado de ánimo deprimido. Incluso un hogar desequilibrado a corto plazo (deficiencia de serotonina) puede ir acompañado de insatisfacción e irritabilidad grave.
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