Escribió los Sonetos fechos al itálico modo empleando por primera vez en castellano, aunque no de forma muy acertada, el soneto y el verso endecasílabo utilizados por Petrarca. Sus Canciones y decires y, especialmente, las Serranillas, son sus obras más interesantes. En estas últimas se narra el encuentro amoroso entre un caballero y una pastora, ambos personajes idealizados.