Este último grupo sufrió adaptaciones por los enfriamientos de las glaciaciones, con cambios en sus modos de vida: modificaciones en el modo de andar por adopción de la postura bípeda y cambiando la alimentación. Como consecuencias del cambio en el modo de locomoción, el cuerpo del mono antropomorfo se hizo más vertical, lo cual provocó cambios en su constitución corporal, con acortamiento de los brazos, alargamiento de las piernas, abovedamiento de la planta de los pies, cambio de la forma y posición del calcáneo. Además el centro de gravedad descendió, la columna vertebral se hizo más elástica, la pelvis se ensanchó y la cabeza tuvo que cambiar de forma, por disminución de las fauces y desplazamiento del foramen magnum o agujero occipital hacia el centro del cráneo.