El vapeo puede afectar varias partes del cuerpo. En primer lugar, los pulmones se ven perjudicados, ya que el vapor inhalado causa inflamación, lo que incrementa el riesgo de enfermedades respiratorias. Además, el corazón se ve afectado, ya que el vapeo eleva la presión arterial y la frecuencia cardíaca, aumentando así el riesgo de enfermedades cardiovasculares. En la boca, el vapeo puede causar sequedad, irritación en las encías e incluso infecciones bucales. Por otro lado, la nicotina presente en los vapes afecta el cerebro, especialmente en adolescentes, alterando su desarrollo y generando adicción, ansiedad y otros problemas psicológicos. Finalmente, el sistema inmunológico se debilita, lo que hace al cuerpo más susceptible a infecciones. Aunque se considera menos dañino que fumar, el vapeo sigue representando riesgos para la salud.