Conclusión
La didáctica es fundamental para garantizar la eficiencia y la calidad en los procesos de aprendizaje. Como disciplina, no solo permite estructurar y organizar el proceso educativo, sino que también se adapta a las necesidades cambiantes de los estudiantes y los contextos sociales. A través de sus componentes y clasificaciones, la didáctica fomenta un aprendizaje significativo, inclusivo y orientado hacia el desarrollo integral de las personas. Además, al integrar dimensiones teóricas, prácticas, críticas y creativas, logra una educación que no solo transmite conocimientos, sino que transforma realidades, preparándonos para enfrentar los retos del presente y del futuro con habilidades, valores y pensamiento crítico.