A finales de la Edad Media, la península ibérica estaba dividida en varios reinos: Portugal, Navarra, Granada, Aragón y Castilla. Sin embargo, esta situación cambió durante el reinado de los Reyes Católicos, que marcó el paso de la Edad Media a la Edad Moderna.
LOS REYES CATÓLICOS
Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, conocidos posteriormente como los Reyes Católicos, estaban casados desde 1469. Este matrimonio unió las coronas de Castilla y Aragón, aunque cada una de ellas siguió manteniendo sus propias leyes y formas de gobierno. Los Reyes Católicos realizaron reformas con el fin de aumentar su poder y reducir el que tuvieron la nobleza y el clero durante la Edad Media. Algunas de estas reformas consistieron en la subida de impuestos y en la organización de instituciones de apoyo en las tareas de gobierno, dando lugar a un sistema denominado monarquía autoritaria. Además, desarrollaron una intensa política de expansión territorial.
El papa Alejandro VI concedió a Isabel I y Fernando II el título de Isabel I y Fernando II el título de a las medidas que adoptaron durante su reinado para que todos sus súbditos se convirtieran a la religión católica. En 1492 obligaron a la población judía a convertirse al catolicismo, y se expulsó a quienes no lo hicieron. Más tarde, en 1502, forzaron a los musulmanes residentes en la Península para que adoptaran el catolicismo, pasando estos a ser conocidos como «moriscos».
MÁS DATOS
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En 1493 recuperaron algunos territorios al norte de los Pirineos, que años antes se hallaban en poder de Francia.
Granada, la capital del último reino Granada, la capital del último reino en 1492 tras una larga guerra.
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En el exterior, consiguieron reforzar su poder a través de alianzas matrimoniales con Austria, Inglaterra y Portugal, casando a su descendencia con herederos de esos reinos.