La unificación italiana, conocida como el Risorgimento, fue el proceso mediante el cual Italia se unificó en un solo país a lo largo del siglo XIX. Comenzó con movimientos nacionalistas y liberales en las décadas de 1820 y 1830, impulsados por figuras como Giuseppe Mazzini, quien promovió la creación de una república unificada. Sin embargo, fue el Reino de Piamonte-Cerdeña, bajo la dirección de Camillo di Cavour, el que lideró el proceso. A través de alianzas diplomáticas y la guerra, Piamonte logró expandir su territorio. Mientras tanto, Giuseppe Garibaldi y su ejército de "camisas rojas" jugaron un papel crucial en la conquista del sur de Italia. Finalmente, en 1861, se proclamó el Reino de Italia, con Víctor Manuel II como rey, y en 1870, la unificación se completó con la incorporación de Roma.