La cruenta guerra duró cuatro años; se libraron más de dos mil combates, y perecieron alrededor de 1 500 000 hombres. Su costo ascendió a 3 000 000 000 de dólares. La energía de Lincoln, la acción de sus generales Grant y Sherman y el creciente poderío de sus fuerzas aseguraron el triunfo de los federales, que culminó con la disolución de la Confederación del Sur y el reingreso de los Estados secionistas a la Unión (1865). En esos mismos días Lincoln, que acababa de ser reelecto presidente, y que se prestaba a iniciar una obra de reconciliación y reconstrucción nacional, fue asesinado por un exaltado esclavista, quien selló, así, trágicamente esa querella.