Microorganismos: Los microorganismos del suelo, como bacterias, hongos y protozoos, desempeñan roles cruciales en la salud del ecosistema. Estos organismos son responsables de procesos como la descomposición de materia orgánica, la fijación de nitrógeno y la solubilización de nutrientes, lo que mejora la disponibilidad de recursos para las plantas. Además, algunos microorganismos forman asociaciones simbióticas con las raíces de las plantas, como las micorrizas, que aumentan la absorción de agua y nutrientes.
Planta: Las plantas dependen de los microorganismos del suelo para su nutrición y salud. A través de sus raíces, las plantas pueden interactuar con estos microorganismos, facilitando procesos como la absorción de nutrientes esenciales (por ejemplo, fósforo) y el desarrollo de defensas contra patógenos. La relación entre las plantas y los microorganismos es bidireccional: mientras las plantas proporcionan carbohidratos a los microorganismos a través de sus raíces, estos últimos ayudan a mejorar el crecimiento vegetal.
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