Son alteraciones neurológicas que afectan la capacidad de controlar los movimientos del cuerpo, ya sea por rigidez, temblores o debilidad. Es importante porque impactan la autonomía, la masticación, la deglución y la capacidad para alimentarse correctamente. Se relacionan con la necesidad de adaptar las dietas, las texturas de los alimentos y los planes de intervención dietética, además de tener en cuenta el deterioro progresivo en el sistema locomotor.