Los biocombustibles de segunda generación se producen a partir de materias primas no alimentarias, como residuos agrícolas, desechos forestales, hierbas, paja, e incluso algas. A diferencia de los biocombustibles de primera generación, no compiten con la producción de alimentos, lo que los hace más sostenibles en términos de seguridad alimentaria y uso de recursos.
EJEMPLOS
Paja de trigo, cebada o maíz
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Aceites usados de cocina o grasas animales (por ejemplo, del sector alimentario)