El concepto de lengua, definido por Saussure como un “sistema de signos”, sólo coincide parcialmente con el concepto de “competencia” introducido por Chomsky. Para este lingüista, la “competencia” no es tanto la lengua como sistema pasivo de signos, sino la interiorización mental que un hablante hace del sistema como un mecanismo generador de todas las posibles expresiones correctas de la lengua. Según esto, la “competencia lingüística” consiste, en el conocimiento inconsciente que cada hablante tiene de la gramática de su lengua, en una estructura cognoscitiva y creativa que le permite generar y producir un número infinito de oraciones.