A no ser que así te lo indique el profesional, no asumas todas sus responsabilidades. Por un lado, evitarás que se instale en esa situación, pero también le ayudarás a que se sienta útil (no olvides reconocérselo). No obstante, no dudes en ofrecerle tu ayuda al principio, facilitándole el esfuerzo (por ejemplo, acompañándole, o haciendo una parte de la tarea).