Las nuevas autoridades tuvieron que consolidar legalmente su estatus mediante la adopción de la Constitución. La primera Constitución en la historia de Rusia fue la Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR) de 1918.
Rusia se proclamó la República de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos, a los cuales pertenecía todo el poder central y local. La Constitución fijó la propiedad estatal, la igualdad formal de las naciones y la federación como la forma más aceptable para un Estado multinacional.
En el campo de derecho público, la Constitución estableció la desigualdad de derechos de diferentes grupos sociales. Por ejemplo, durante las elecciones a los órganos supremos del poder, cinco votos campesinos se igualaban a un voto obrero.
La Constitución no reconoció la división entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo. Vladímir Lenin consideraba esa idea como opcional para la República soviética basada en “una sola fuerza, la del proletariado ruso y su Partido”.
La Constitución stalinista de 1936 garantizaba a los ciudadanos soviéticos por primera vez en la historia los derechos humanos que eran en gran medida derechos socioeconómicos.
Lenin. Un revolucionario profesional.
Stalin. El primer zar rojo.
Trotski. El bolchevique idealizado.
Aleksandr Kérenski. El moderado entre dos aguas.
La ley lato sensu era de manera indiscutible el principal componente del sistema de derecho soviético. Una similitud parecía existir por consiguiente entre el derecho soviético y los derechos de la familia romano-germánica. Esta similitud empero, era puramente formal.