Los teóricos también han encontrado que, en Aristóteles, es posible localizar antecedentes del origen de las competencias y, en este caso, se acude a las obras del Estagirita y, de ellas, se extrae información como la siguiente: En el principio del libro Metafísica, se plantea que todos los hombres desean, por naturaleza, saber. Así lo indica el amor a los sentidos pues, al margen de su utilidad, esos sentidos son amados a causa de sí mismos y el más amado de todos, el de la vista. En efecto, no sólo para obrar, sino también cuando no se piensa hacer nada y se prefiere a la vista, por decirlo así, en lugar de todos los otros sentidos de que dispone el hombre (Aristóteles, 2004, p. 5.) Aristóteles también destaca que todos los hombres tienen las mismas facultades, pero lo que los hace diferentes es el uso que le dan a dichas facultades; las personas poseen una potencia, es decir, una facultad, que se convierte en acto, y esto indique que, en una actuación particular, lo que importa es el paso de la potencia al acto (p. 100.), es decir, se resalta la importancia de la acción para ejecutar una actividad para la cual se posee la capacidad de realizarla y esto lo que se pretende, cuando menos en la mayoría de las situaciones, con el desarrollo de las competencias en el ser humano. Desde luego que, cuando se pretende encontrar los elementos teóricos en la aportación de los filósofos se obvia decir que ellos discutieron el conocimiento y no el aprendizaje.
Por otro lado, se dice que el término competencias lingüísticas fue usado por Noam Chomsky en el año de 1965 a partir de su explicación de la gramática generativa transformacional mediante la cual da cuenta de la manera en cómo los seres humanos se apropian del lenguaje y lo usan para comunicarse. La explicación de Chomsky postula la existencia de una estructura mental innata que permite la producción y la comprensión de cualquier enunciado en cualquier idioma natural. La gramática generativa es, además, el fundamento académico más notable para apoyar una aproximación racional a la explicación de la adquisición conceptual y del funcionamiento general de la actividad lingüística (Barón, 2014) A este respecto, Tobón (2005) aclara que Chomsky no se ocupó, por tanto, de la educación, pero el hecho de haberse referido a la importancia de las competencias permite deducir que ellas, las competencias, son algo que viene estructurándose desde hace muchos años (p. 26.).