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Lacan y la psicosis en la infancia - Coggle Diagram
Lacan y la psicosis en la infancia
Autismo infantil de kanner
En 1943 Leo Kanner introdujo el término Autismo infantil precoz para nombrar los Casos de retraimiento en niños menores de un año 1, El nazismo que postula no es orgánico sino que constituye un déficit intelectual que no se confunde con la debilidad mental; por el contrario: tiene una expresión facial asombrosa mente inteligente. Y añade en la casualidad la relación particular con sus padres (padres obsesionados por detalles pero poco afectivos)
Se caracterizan por su imposibilidad de establecer conexiones ordinarias con personas y situaciones desde el inicio mismo de la vida y por su inclinación a la soledad autista, alejando todo lo externo que se acerca al niño. Actúan como si las personas de su entorno no estuvieron.
Kanner, considera que el exterior es vivido desde un comienzo por estos niños como una amenaza no localizable que se vuelve el estatus propio de lo exterior. Esto produce toda acción del otro sea vivida como instrucción (inclusive la alimentación, los cuidados corporales, e incluso la simple presencia).
En este cuadro, el déficit se impone fenomenológica mente: los autistas no hablan, o bien balbucean soliloquio intangible; manipulan objetos en forma estereotipada y rechazo en cualquier instrucción en su juego; No entran en contacto con su entorno, o sólo lo hacen para cumplir el impulso de su voluntad. Las coordenadas espacio temporales están alteradas: se golpean, no tienen noción del peligro, actúan como si carecieran del cuerpo.
A pesar de estas descripciones deficitarias, presentan también fenómenos positivos que expresan su particular ser en el mundo. Por ejemplo, la memoria prodigiosa que los autistas guardan de series de objetos, poemas o plegarias. Con ella suplen la incapacidad para utilizar el lenguaje con otras funciones.
Autismo
Bleuler (para nombrar el retraimiento en el propio mundo imaginario de la esquizofrenia) creado sobre el modelo freudiano del autoerotismo, pero sin lo sexual, el termino adquirido distintos sentidos según fuera utilizado para nombrar una patología.
paranoia: en ningún momento distingue el autismo de la esquizofrenia, lo que no se contrapone con la distinción que hacen R. y R. Lefort-entre el autismo (considerado como una forma de la esquizofrenia) y la paranoia.
El Niño autista se encuentra en relación a un Otro masivo y total, por lo que queda un lazo «cuerpo a cuerpo» sin división de un lado ni del otro. El Otro se reduce a una ausencia.
El psicótico, en cambio, tiene un objeto y un Otro; pero ese objeto está incorporado en lo real como un objeto en más. En el autismo, es el sujeto que está en más, por lo que busca desaparecer.
Los fenómenos psicóticos en la infancia
La descripción del fenómeno psicótico en niños con una ideación delirante se asemeja a la del adulto. A partir de la emergencia de fénomenos elementales
y de alucinaciones se construye el delirio. Muchas veces las fabulaciones ideativas que no se organizan como un delirio dificultan el diagnóstico diferencial.
Las alucinaciones son más difíciles de captar dado el aislamiento que caracteriza a los niños autistas.
El orden monolítico de la cadena significante puede manifestarse por el uso de frases fijas utilizadas para cualquier ocasión. Las palabras no cobran una significación nueva al relacionarse con otras palabras, sino que poseen un sentido originario, y unívoco.
Cuerpo y espacio en niños autistas
Qué pasa con los niños autistas precoces en los que no se puede hablar de desencadenamiento, de estabilización ni de suplencia previa? ¿Qué decir con respecto a un cuerpo que pareciera no pertenecer les: golpeado, ignorado y sin aguj.eros? ¿Alcanza la inclusión en el lenguaje de todo sujeto para considerar que l'os autistas tienen cuerpo?
El significante otorga un cuerpo, pero también lo fragmenta, resquebrajándolo en órganos y funciones. Hurta de vida al viviente que reconstituye en lo imaginario la integridad de su imagen velando su goce. La libido se vuelve incorpórea: un órgano fuera del cuerpo, que no es un significante, sino que expresa el plus-de-goce exterior a la acción de lo simbólico. El cuerpo no es ya sólo la proyección de una superficie sino que tiene agujeros, y en esos huecos se aloja el sendero de goce que traza los bordes del cuerpo.
Para tener cuerpo y hacer uso de él deben conjugarse las acciones de lo simbólico, lo real y lo imaginario. Pero sin la operación simbólica que permite la constitución de los bordes, del espacio y del tiempo, el sujeto queda sin cuerpo.
Por el lado de la esquizofrenia, el cuerpo padece la acción del goce del órgano. Esto marca el contrapunto clásico: goce del Otro en la paranoia, goce en el cuerpo (que se manifiesta como hipocondría) para la esquizofrenia. Lacan, después de establecer la polaridad entre el sujeto del goce y el sujeto que representa el significante para otro significante, indica que la parania identifica el goce en el lugar del otro.
La unificación del cuerpo sufre sus transformaciones con el derrumbe imaginario que produce el desencadenamiento de la psicosis..: fenómenos de doble, de despersonalización, de cuerpo despedazado. La imagen del cadáver leproso conduciendo a otro cadáver leproso de Schreber33 da cuenta tanto del desdoblamiento imaginario como del rasgo de mortificación del objeto de goce -la carroña que es él mismo-que se aloja en la imagen.