Es el proceso mediante el cual las crías se identifican con los adultos de su propia especie y aprenden de ellos por observación e imitación los métodos para encontrar comida, refugio, seguridad y todo lo que conlleva el aprendizaje para la supervivencia, incluyendo comportamientos de agresividad, de sumisión, de apareamiento, de defensa, etc.
Este tipo de impronta solo se da en especies precociales; especies cuyas crías nacen muy desarrolladas, y por lo tanto son capaces de desplazarse solo prácticamente desde el momento de la eclosión en aves.