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Instrucción a las técnicas de la terapia Gestalt - Coggle Diagram
Instrucción a las técnicas de la terapia Gestalt
Las técnicas de la terapia gestáltica son muchas y cubren un amplio espectro de conductas.
La peculiaridad de la terapia gestáltica no yace a un nivel molecular de componentes técnicos elementales ni a un nivel molar de actitud.
Sino que a un nivel intermedio donde una actitud da forma al material técnico y genera una nueva síntesis a partir de las posibilidades disponibles.
A un nivel técnico, la terapia gestáltica es sobre todo una síntesis.
Si la terapia gestáltica práctica es un corpus sintético de técnicas.
El enfoque gestáltico no es una combinación de varios enfoques.
Prácticamente todas las técnicas de la terapia gestáltica podrían ser consideradas como una corporeización particularizada de la amplia prescripción.
Esta prescripción, a su vez, es una expresión de la creencia y experiencia del terapeuta de que sólo con la capacidad de percatarse puede haber verdadera vida para la persona.
Podemos ver a casi todas las técnicas de la terapia gestáltica como la cristalización particular de la prescripción “hazte responsable.”
En cierto sentido, estamos “vivenciando” algo todo el tiempo.
Para el gestaltista, la verdadera vivencia es terapéutica o correctiva por sí misma.
El ansia de vivenciar es parte de toda vida.
Se busca vivenciar, pero no mediante la estimulación, sino
que a través de la sensibilización.
El gestaltista considera al despertar-desde-afuera como una forma de apoyo ambiental no necesaria para aquel que ha desarrollado el despertar-desde-adentro, por lo tanto, que ha recuperado sus sentidos.
Técnicas supresivas
El primer requisito para vivenciar lo que potencialmente podemos vivenciar, es dejar de hacer alguna otra cosa.
Una serie de actividades, distintas a las de atender y expresar, nos mantienen tan ocupados que apenas nos queda algo de atención para el momento en
que estamos viviendo.
Para vivenciar tenemos que estar presente, tenemos que estar aquí y ahora. No podemos “vivenciar” lo que es pasado o ausente.
La realidad siempre es ahora.
En la conversación común hay poco lugar para el ahora.
Ni siquiera nuestra actividad mental privada se centra primordialmente en el presente.
La experiencia de no hacer nada excepto atender a los contenidos de la conciencia.
Cuando somos dejados con nada excepto lo obvio, nuestras actitudes hacia nosotros mismos y hacia nuestra existencia se hacen aparentes.
La supresión de las evitaciones generalmente conduce a una experiencia en particular a la cual los gestaltistas le asignan especial importancia.
La nada, el vacío, la falta de significación, la trivialidad, son todas experiencias en que no hemos abandonado totalmente las expectativas, o los estándares, mediante los cuales medimos la realidad.
Cuando la terapia gestáltica dice que es innecesario “empujar el río”, no está diciendo que la conciencia de las limitaciones sea la expresión de un debeísmo irrelevante.
Por el contrario, sólo es posible tener una apreciación realista de donde estamos en términos de nuestros objetivos o ideales, cuando nuestra evaluación no se basa en el juego auto-castigador o en las defensas contrarrestantes.
El punto de vista del terapeuta gestáltico es “La conciencia es suficiente”.
En contraste con las acciones que se producen a partir de motivos deficientes, que quieren poner fin a la insatisfacción.
La manipulación de otros, que también podemos entender como una auto-manipulación dirigida a manipular a otros compromete todo el rango de conductas de “juego”.
Las preguntas no sólo sirven para enmascarar las experiencias del interrogador, sino también para “tragarse” al interrogado y que así responda y satisfaga la necesidad manipuladora del interrogador.
Técnicas Expresivas
El percatarse se puede incrementar mediante la supresión o la expresión.
El oponerse a un impulso puede conducir a un darse cuenta incrementado de él.
El exagerar la expresión de un impulso es un enfoque igualmente efectivo que el darse cuenta incrementado.
Nosotros nos percatamos de nuestros “sí mismos” en gran medida mediante nuestra expresión.
Nuestra noción de lo que somos se ve afectada, si no bien completamente determinada, por lo que no hacemos y lo que hemos hecho.
En una disciplina del darse cuenta, el lugar de la expresión intensificada se podría comparar con la forma en que influye el control de contraste en la visión en una pantalla de televisión o el control de volumen en el escuchar.
Por medio de los requerimientos supresivos, el terapeuta desalienta al paciente en lo que no es; invitando su expresión, lo estimula hacia lo que es.
El expresamos sería un proceso tan natural como la germinación de las semillas
o el florecimiento de las flores.
Si no fuera por el hecho de que en nuestras vidas tempranas vivenciamos fricción, angustia, dolor, y aprendimos a manipular mediante “estrategias” en lugar de arriesgamos a una apertura al mundo.
La auto-expresión no sólo es una forma de auto-percatarse, sino que un medio en sí mismo: la capacidad de expresarse, como la conciencia.
En términos conductuales, la terapia gestáltica podría ser visualizada como un programa de refuerzo positivo de la auto-expresión.