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Evolución de los sistemas cerámicos - Coggle Diagram
Evolución de los sistemas cerámicos
CERAMICAS ALUMINOSAS
En 1965 McLean introdujo la cerámica aluminosa cocida sobre hoja de platino que prácticamente no modificaba la técnica descrita por Ch. Land. la incorporación de óxido de aluminio en un 40% incrementaba notablemente la resistencia de estas cerámicas, pero su opacidad limitaba su uso al núcleo o capa interna de las restauraciones. Sus mayores inconvenientes se debían a la porosidad de la capa interna debida a la dificultad de la cerámica para adaptarse y "mojar" la hoja metálica; así como al ajuste marginal defectuoso causado por la difícil adaptación del metal al troquel.
Por todo ello Southan propuso su cocción sobre un troquel de material refractario, esta técnica fue posible con la introducción de Vita Hi-Ceram R descrita por Claus en 1987, se trata de una cerámica de alto contenido en alúmina (67%), cuyo mayor inconveniente es la presencia de un núcleo interno opaco que debe ser cubierto con cerámica translúcida para lograr un aspecto y estética adecuadas, el tallado deber ser agresivo y su uso está limitado a restauraciones individuales.
La propia casa comercial ha puesto a nuestro alcance un nuevo método conocido como cerámica Vita In-Ceram, sigue tratándose de un cerámica de alto contenido en alúmina desarrollada por el Dr. Sadoun de París, requiere un alivio con espaciador de unos 45 μm previo al duplicado del troquel en un yeso especial, se aplica la capa de óxido de aluminio que se presenta en forma de "barbotina", la cocción de esta capa da lugar a una estructura extraordinariamente porosa que es infiltrada en una nueva cocción con un suspensión de vídrio muy fluido, ello hace que se infiltre en las porosidades del núcleo dando translucidez y naturalidad, se termina al igual que HiCeram con la cerámica empleada en las restauraciones tipo "Jacket" sobre hoja de platino.
Otros autores han elegido el camino de modificar la hoja de platino por otros materiales o métodos que permitan una mejor adaptación de la cerámica al metal y del metal al troquel en el laboratorio, así surge el sistema Renaissance®, emplea una hoja formada por cuatro capas con alto contenido en oro y se presenta plegado en forma de paraguas de modo que facilita su adaptación, posteriormente esta estructura es flameada para la difusión de las cuatro capas dando una superficie dorada y apta para la adhesión de la porcelana, el grosor de esta hoja metálica es de unos 0.1 mm, con ello el núcleo cerámico es de menor grosor, la cerámica empleada es la habitual de las coronas "Jacket" convencionales.
Otros métodos similares al anterior es el Cera-piatin®, Sunrise®, Ceraplate®, Mirage®. Estas restauraciones tienen el inconveniente de que la contracción de la cerámica distorsiona el margen de la hoja metálica de modo que son habituales aperturas marginales de entre 92 y 100 μm, aunque existe una técnica descrita por Scharer que permite un mejor ajuste marginal, pero exige un cuidado minucioso del técnico.
No podemos dejar de nombrar la cerámica de núcleo aluminoso que se modelaba en cera y era inyectada sufriendo un posterior proceso ceramización, fue presentada como cerámica no contráctil, sus inconvenientes clínicos han hecho que en la actualidad no esté comercializada, aunque la empresa fabricante ha prometido una nueva versión de esta técnica.
CERAMICAS DE VIDRIO COLADO
Los primeros intentos de colar vidrio-cerámicas para uso odontológico se remontan a 1968, en que McCulloch describió el colado de dientes para prótesis removibles, pero fue más recientemente que Adair y Grossman describieron el colado de restauraciones vitro-cerámicas, estas restauraciones se modelan en cera y se realiza un colado a la cera perdida en que se obtiene un vidrio translúcido y blanquecino, poco estético, sufre un posterior proceso de ceramización por precipitación y crecimiento de cristales que lo convierte en un vidrió opaco y se cubre finalmente con un cerámica feldespática para darle la estética final.
Se trata de una cerámica de elevada resistencia, 240 MPa en comparación con los 116 MPa de los núcleos de cerámica aluminosa. El ajuste marginal de estas restauraciones varía, según los diversos estudios, entre 29 y 63 μm, son unos ajustes realmente precisos, aunque inferiores a los obtenidos con restauraciones cerámico-metálicas en las mismas condiciones en las mismas condiciones. Un reciente estudio comprueba que el diseño ideal de los muñones consiste en una convergencia oclusal de 10°, para eludir la cámara pulpar y promover la retención de las restauraciones, se recomienda un margen en hombro de 90° y es beneficioso que el margen esté a la misma altura en las caras lingual y vestibular, el grosor del margen de 1.2 mm ofrece suficiente resistencia a la restauración.
Se han propuesto modificaciones a la técnica de preparación para conseguir una mayor estética, así se ha propuesto modelar el patrón de cera siguiendo en cierto modo a las estructuras metálicas para coronas de frente estético, ello permite que la porcelana tenga suficiente grosor a nivel vestibular para facilitar la apariencia natural, otra propuesta consiste en la construcción de coronas anteriores tres cuartos inversas, respetando la superficie palatina funcional de los incisivos y promoviendo la estética por recubrimiento vestibular. Estudios clínicos con incrustaciones Dicor comprueban a los 22 meses ciertos cambios de color en un porcentaje respetable y una elevada incidencia en la tinción de los márgenes, estos datos deben tenerse muy presentes.
Las incrustaciones deberían cementarse con cementos de resina composite y grabarse la cara interna de la cerámica, no parecen recomendables los cementos de ionómero de vidrió. La preparación de las incrustaciones deben seguir los principios generales para la cerámica, es decir divergencia de las paredes axiales de unos 10°, aunque puede incrementarse según las necesidades clínicas, las superficies deben presentar un acabado suave con todos los ángulos redondeados, si se recubren las cúspides el grosor mínimo de la cerámica deberá ser de 2 mm a este nivel y el ángulo cavo superficial es conveniente que sea próximo a 90°, siempre teniendo en cuenta el sentido de los prismas de esmalte para favorecer la adhesión del cemento a la estructura adamantina grabada.
CERAMICAS FELDESPATICAS
Estas cerámicas se emplean en la actualidad para recubrir núcleos de cerámica aluminosa, pues sus coeficientes de expansión térmica son similares. Esta propiedad física es la que impide su cocción sobre metales, pero Weinstein patentó en 1962 una cerámica de fase leucita, este material presenta un coeficiente de expansión térmica de 20x 10 sobre -6 °C, y el conjunto de la cerámica oscila con valores entre 12 y 13, existiendo la posibilidad de cocerse sobre metales que no se alejen de estos valores, así cuando la expansión del metal sobrepasa el de la porcelana entre 1.7 y 2.2x 10 sobre -4 °C, se evidencian fisuras en los trabajos in vitro.
La compatibilidad entre metales y porcelanas no es por tanto general, algunas casas comerciales serias informan del coeficiente de expansión térmica de las porcelanas que comercializaban cuando son tratadas según el fabricante, del mismo modo también los fabricantes de aleaciones ofrecen al consumidor estos datos técnicos de sus aleaciones, resulta de suma importancia que al elegir la cerámica y la aleación procuremos que sean tan idénticas como sea posible. Se acepta de forma general que estos materiales siguen la teoría de Griffith según la cual no somos capaces de romper una cerámica sólo de provocar la propagación de defectos y poros internos, de este modo si estas no llegan a la superficie no son capaces de romper la estructura, la fractura por fatiga será el resultado de la propagación de defectos internos hacia la superficie como resultado de aplicación de diversas fuerzas.
Además esta velocidad de enfriamiento también influye en la resistencia a la fractura, experimentalmente, in vitro, se ha comprobado· que enfriamientos lentos facilitan la fractura mientras enfriamientos forzados con chorro de aire a presión incrementan la resistencia de los especímenes, sin embargo este aumento en la resistencia está limitado por el tamaño de los poros y fisuras de la cerámica que si superan cierto diámetro este tratamiento térmico pierde su eficacia, pero también se comprueba que asociaciones de cerámicas y metales incompatibles resisten mejor cuando son enfriados de forma rápida
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Un dato que preocupa es el número de cocciones a que se ve sometida una porcelana en el laboratorio, en estos casos parece muy importante las características de los metales, así los más rígidos se comportan peor produciendo distorsiones a nivel del margen, a pesar de ello, y hasta la fecha, las restauraciones cerámica-metálicas con terminación en metal son las que presentan un mejor ajuste marginal de entre todas las restauraciones cerámicas. Las cocciones múltiples también modifican el color de la cerámica, pero en menor medida que la que existe entre las diferentes partidas de un mismo color y de una misma casa comercial. Otra introducción reciente es la construcción de hombros con terminación cerámica, su finalidad es promover la estética en el sector anterior de las arcadas, uno de los primeros métodos empleados fue la mezcla de porcelana con cera para permitir el modelado y posterior retirada del troquel de la cerámica condensada sin que se alterara el modelado, actualmente las diferentes casas comerciales ofrecen buenos materiales que permiten su manipulación y modelado más sencillo.
En los últimos años se ha introducido en el mercado una cerámica feldespática de fase leucita cocida sobre material refractario, sistema Optec HSp, su gran ventaja es el prescindir de aparatología especial, ello la hace más económica y asequible, se trata de una cerámica reforzada, pero por la adición de nuevos materiales si no por el tratamiento industrial que ha sufrido, ello hace que esta porcelana presente todos sus cristales sometidos a compresión por la matriz que los rodea, así se dificulta la propagación de las fisuras y poros internos, los resultados clínicos parecen prometedores. La cerámica feldespática de aparición más reciente es la Empress, se trata de una cerámica inyectada en un patrón de cera que se incluye en revestimiento como si fuera un colado, se presenta en una amplia gama de colores y puede ser aplicada cerámica convencional en superficie para promover la estética que no se conseguiría si sólo se empleara un color, la cerámica ya viene cocida de fábrica y el procedimiento emplea sólo 40 minutos por lo que resulta ventajoso frente a otros métodos, ello es debido a que no precisa de posterior ceramización.
Los recientes avances en el colado de titanio hacen volver la mirada hacia las porcelanas feldespáticas que cuecen a muy bajas temperaturas, este material sería óptimo para restauraciones cerámico-metálicas con cofia de titanio, este metal es muy biocompatible pero por las características del titanio precisamos de unas cerámicas con un coeficiente de expansión térmica bajo y bajas temperaturas de fusión, ello es debido a que el titanio reacciona fácilmente con muchos elementos y superamos cierta temperatura el titanio se oxidará o reaccionará alterando sus propiedades, por ello para promover la adhesión de la cerámica al titanio existen sistemas que cubren la superficie del metal con un adhesivo a base de oro.
CERAMICAS MECANIZADAS
Se han desarrollado sistemas para la elaboración asistida por ordenador de restauraciones cerámicas, existen diversos inconvenientes en el procedimiento más conocido que es el sistema Cerec®, de hecho aunque se tome una impresión óptica con ayuda de una cámara de televisión, es el propio operador quien con ayuda de una esfera en la parte superior del equipo marca los límites y aristas de la restauración, del mismo modo debe marcar los puntos de contacto interproximales, todo ello nos lleva a pensar que es muy difícil poder lograr precisión, como remate no registra relaciones intermaxilares y por lo tanto no es capaz de modelar adecuadamente una cara oclusal.