Se trata de los bienes (normalmente físicos) con valor que tiene una empresa. Normalmente, esta puede venderlos o usarlos para elaborar productos u ofrecer servicios que también pueden venderse, e incluyen: vehículos, mobiliario, equipos e inventario. También se consideran activos aquellos bienes intangibles, es decir, que no se pueden tocar pero que, sin embargo, existen y tienen valor, como las marcas comerciales y las patentes. Las inversiones que hace la empresa se incluyen dentro de este grupo, así como el dinero en efectivo.