La viruela, el sarampión, la peste bubónica, la difteria, el tifus, la escarlatina, la varicela, la fiebre amarilla… todas ellas eran enfermedades con las que los indígenas nunca habían tenido contacto y que, por lo tanto, no habían tenido posibilidad de desarrollar inmunidad contra ellas.
La respuesta inmunitaria es la forma en la que el cuerpo reconoce y se defiende contra bacterias, virus y todas esas sustancias que le parecen extrañas y dañinas. El responsable de controlar esta respuesta es el sistema inmune y lo hace mediante varias estrategias.
El contacto con los colonos puso también en contacto a los indígenas con los virus y bacterias y como sus organismos no estaban preparados para luchar contra estos antígenos muchos de ellos enfermaron y acabaron muriendo.
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