La actitud vital que consiste en mera persecución del placer, representa una manifestación de vejez, no sólo en la vida del individuo, sino también en la de los pueblos, como atestiguan el viejo bebedor, que “apura la última gota”, y otros ejemplos análogos de orden erótico. Manifestación de vejez es asimismo la separación entre las alegrías consiguientes al ejercicio de las funciones psíquicas superiores e inferiores y el estado de deleite que acompaña la satisfacción de los impulsos, así como el predominio de 39 este deleite sobre las alegrías propias de las funciones vitales y espirituales.