EL DÓLAR FLUCTUANTE, 1980-1990
Condiciones económicas y financieras de los 80's
Segundo shock petrolero
Fue por la revolución iraní de 1979 y la reducción de sus exportaciones de petróleo (era el 10% de la producción mundial). La falta de oferta produjo un aumento del precio de 13 USD (1978) a 35 USD (1981).
La inflación aumentó al 12.7% en los principales países industrializados (G7).
Ascenso del precio del mercado del oro
Impulsada por la toma de la embajada norteamericana en Teherán (noviembre de 1979) y la invasión soviética de Afganistán (diciembre de 1979).
Cambios en la conducción de la política
El precio saltó de 225 USD la onza (1979) a 850 USD (1980), para 1997 cayó hasta 300 USD.
Japón
Recortó el déficit presupuestario, con lo que la cuenta corriente de la balanza de pagos alcanzando un superávit. Se produjo una burbuja especulativa.
Francia
François Mitterand: apuntaba a la desocupación, reducir la semana laboral (desempleo), aumentar el déficit presupuestario y de la balanza de pagos.
Reino Unido
1979, Margaret Thatcher: se centró en la desregulación, privatización y reducción del poder de los sindicatos, además de políticas monetarias y fiscales estrictas.
Estados Unidos
1981, Ronald Reagan: reducir la intervención del gobierno, eliminar la inflación, aplicar desregulación, incrementar los gastos de defensa y recortar los impuestos para acelerar el crecimiento económico.
Alemania
1982, Helmut Kohl: se abocó a reducir el déficit fiscal de la economía con un lento crecimiento, afectando la balanza de pagos.
Procesos macroeconómicos en los principales países industriales
Reino Unido
Aplicó políticas monetarias y fiscales de austeridad. Para 1981, las altas tasas de intereses provocaron el mayor shock deflacionario en la economía.
La producción cayó 5.5% y se duplicó el desempleo.
Estados Unidos
Tenía una inflación superior al 10% → Paul Volcker (titular de la Reserva Federal), en septiembre de 1979 Convenció al organismo rector de la Reserva Federal, el Comité de Mercado Abierto, que cambiará la manera de aplicar las políticas monetarias, para pasarlas en objetivos de oferta monetaria en lugar de tasas de interés.
Monetarismo práctico
Las tasas de interés del mercado a corto plazo aumentaron del 7-7.5% (1978) al 11.5% (1980) y hasta un 14% (1981).
1981, se redujeron los impuestos sobre ingresos, además de un aumento del presupuesto de defensa → se aumentó el déficit fiscal, pasó de 1.2% (1980) a 2.8% (1984) a 3.5% (1986).
Política monetaria + déficit fiscal = aumentó de las tasas de interés.
Alemania
El déficit presupuestario se redujo del 3.9% (1980) al 0.2% (1985).
Japón
El déficit japonés se redujo del 5% (1980) al 0.3% en (1985).
Proceso en las balanzas de pagos
Alemania
Japón
Estados Unidos
Sus cuentas corrientes estaban en rojo
Si el ahorro total de un país, incluyendo el del gobierno, es inferior a su inversión total, la cuenta corriente será deficitaria.
La inversión privada permaneció en equilibrio con el ahorro privado, Pero la falta de ahorro por el gobierno aumentó bruscamente.
Estados Unidos creció más rápidamente que los países de la comunidad europea y Japón.
Burbuja especulativa del dólar en 1984-85.
Las políticas nacionales y extranjeras deprimieron las exportaciones agrícolas.
El dólar en ascenso, 1981-85
El valor del dólar aumentó hasta un 81%, gracias a la tasa de cambio efectiva (valor promedio del dólar comparado con las monedas de otros diez países industrializados).
Caso contrario a la depreciación del yen debido a las bajas tasas de interés japonesas. A partir de 1980,
1981 → el marco y el franco se depreciaron en un 28-30% frente al dólar, debido a el aumento en los precios de las importaciones y las tasas de interés.
La mayor parte del comercio de Europa occidental era entre ellos, y esto se reflejaba en la diferencia entre la depreciación de sus tasas de cambio efectivas.
Japón tuvo un superávit de cuenta corriente superior al alemán.
Miterrand (presidente de Francia, 1983) → dijo que los europeos y otros países financiaban el déficit norteamericano porque las altas tasas de interés atraían capitales Europeos a EE.UU y el alto valor del dólar incrementaba los costes de importaciones (especialmente el petróleo, su precio se fijaba en dólares).
El alza continúa en la tasa de cambio efectiva del dólar generó nuevas hipótesis.
Se decía que EE.UU. se había convertido en un “refugio”, un buen lugar donde invertir y depositar ahorros debido al dinamismo de su economía.
El PIB real aumentó 4% en 1983 y 6.8% en 1984.
Mientras las economías europeas crecían a menos de la mitad de esa tasa → “euroesclerosis”: endurecimiento de las arterias económicas provocado por salarios reales altos, compensación por despido excesivamente generosa e inmovilidad laboral.
Las expectativas de los inversores y agentes de Bolsa relativas a las tasas de interés generó un alza del dólar al comprarlo.
Si había más expectativas en los agentes, habría más compradores.
En 1984-84, la ascendencia del dólar se convirtió en una burbuja especulativa; un movimiento de las tasas de cambio que no se basaba en hechos fundamentales sino en “expectativas autoconfirmadas”.
Los operadores del mercado (caristas) no basan sus transacciones en las verdades fundamentales contenidas en las hipótesis de los economistas sino en el análisis técnico de las tendencias presentes y pasadas de las tasas de cambio.
La mayoría de los inversores confiaban en los pronósticos de los analistas técnicos.
Desde principios de 1984 a finales de 1985 el tipo de cambio efectivo del dólar aumentó un 25%.
Intervención en el mercado de cambios: la negligencia benigna de Estados Unidos
La política oficial de Estados Unidos en materia de cambios consistía en tratar de explicar la apreciación del dólar.
Beryl Sprinkel (subsecretario del Tesoro para Asuntos Monetarios) afirmó: “La intervención significativa y frecuente por parte de los gobierno supone que unos pocos funcionarios saben mejor que un gran número de agentes del mercado en qué nivel deben (o no deben) estar las tasas de cambio, y que se deben arriesgar fondos públicos sobre la base de esa hipótesis”.
En 1981, EE.UU. compró una pequeña cantidad de dólares a cambio de marcos. Para 1984, su intervención en el mercado fue mínima.
Hubo reacciones europeas a la negligencia benigna: “En Europa se teme que las declaraciones truculentas de Washington acerca de ‘permitir que los mercados se ocupen de la tasa de cambios’ acentuáran la inestabilidad monetaria generada por las tasas de interés altas y fluctuantes”.
En la cumbre económica en junio de 1982 en Versailles, Europa expresó quejas sobre la apreciación del dólar y la ausencia de medidas norteamericanas para contrarrestarla.
El G-5 encargó estudios sobre la eficacia de la intervención en los mercados de cambios → intervención esterilizada.
Buscaba evitar las consecuencias sobre las variables monetarias internas a medida que las compras o ventas de moneda extranjera por el banco central son contrarrestadas por compras o ventas de títulos nacionales.
Eficacia de la intervención
La intervención esterilizada afecta las tasas de cambio alterando las cantidades relativas de valores en diversas denominaciones monetarias en manos del público.
Cuando un banco central realiza una intervención esterilizada, compra o vende una moneda extranjera a la vez que vende o compra una cantidad equivalente de valores nacionales.
Ejemplo: La Reserva Federal compra marcos por dólares y vende una cantidad equivalente de títulos del tesoro norteamericano, para reducir los valores en cartera en marcos del sector privado y aumentar sus valores en dólares → equilibrio de cartera.
Sin embargo, hay una incapacidad de hallar una relación estadísticamente fiable entre las tasas de cambio y otras variables económicas como las tasas de interés.
Maurice Obstfield: “los efectos en cartera de la intervención pura han sido tan esquivos, que no se puede considerar a ésta una herramienta de política macroeconómica”.
Kathryn Dominguez y Jeffrey Frankel: “el factor clave a tener en cuenta es si los agentes del mercado de cambios reaccionan ante la intervención modificando sus pronósticos de las tasas de cambio futuras”. Así, modifican las tasas de cambio vigentes.
La intervención anuncia un cambio en la política monetaria, pero no es necesario para que afecte las tasas de cambio.
La “intervención concertada” (compra o venta simultánea por varios bancos centrales), cuando es conocida por los mercados, tienen mayor efecto que la de un solo banco central.
Efectos del dólar fuerte
El déficit en cuenta corriente norteamericano fue pequeño y cambió entre 1980-82 a llegando al 3% del PIB. Y alcanzando su pico en 1987 debido a la “curva-J” en donde las consecuencias se veían presentadas en el alza del coste de las importaciones.
El aumento del déficit se daría entre 1982-85 ocasionado por la desaceleración de las exportaciones, que aumentaron apenas el 2% en tres años. Aunque durante la recuperación económica luego de la recesión de 1982, se llevó a cabo una expansión de importaciones cuyo valor nominal en dólares y valor real se aumentó en casi 50%.
El valor de las importaciones aumenta hasta que el volumen responde al aumento de precios.
Importaciones aumentaron 2.5% más rápido que el PIB.
¼ parte del aumento de importaciones era atribuible a la apreciación del dólar, es decir, tenía efectos positivos con sus socios comerciantes (economistas de la OCDE hacían referencia a crecimiento europeo).
Las compras brutas internas (suma de gastos de consumo, inversión bruta, gastos fiscales, etc.) aumentaron 18.7%
La inflación no empeoró a los países industriales donde se depreciaron los tipos de cambio.
El punto de inflexión del dólar
El aumento especulativo del dólar se prolongó hasta principios de 1985, mismo año en el que se llevó a cabo una reunión de ministros de economía y directivos de bancos centrales del G-5, en donde se pretendía una intervención coordinada en la medida que fuese necesaria.
El dólar llegó a su pico en febrero y luego cayó, las tasas de interés norteamericanas habían bajado a fines de 1984 cuando la Reserva Federal redujo la tasa de descuento.
El Secretario Mulford, negó que el dólar estuviera sobrevaluado y que su fuerza se debía al desempeño sobresaliente de la economía norteamericana. Descartando la intervención de los mercados de cambio como solución a largo plazo.
No obstante, EE.UU. intervino al vender 643 millones de dólares. Más las ventas de otros bancos centrales que sumaban más de 10,000 millones.
El dólar no cayó en picada o mediante una “caída fuerte” debido a que esta no fue una caída brusca o continua, a pesar de que no se esperaba dicha depreciación gradual.
Bajó 5.5% de febrero a abril.
Bajó 8.3% de mayo a agosto.
Teorema de la paridad del interés libre
En ausencia de aversión al riesgo y controles de capital, la diferencia entre las tasas de interés sobre títulos similares en dos países cualesquiera es igual al cambio esperado en la tasa de cambio entre sus dos monedas.
El acuerdo del Plaza
La apreciación del dólar y el déficit comercial creciente disgustaba a la comunidad empresarial como a los sindicatos, pero Reagan rechazaba sus quejas debido a que creía que “la fuerza del dólar reflejaba la del país y constituía un voto de confianza para los mercados”.
Pues el problema, según el gobierno, se hallaba en Europa y el Japón, que debían tomar medidas o estrategias ofertistas norteamericanas.
Desregulación y reforma tributaria.
Dentro del Congreso, se producía una “explosión” de iniciativas destinadas a restringir el comercio. Incluso, se propuso una ley para cobrar un sobrearancel a las importaciones para combatir los déficit.
Ley arancelaria Smooth Hawley 1930, que elevó las tarifas norteamericanas al 60% y agravó la depresión mundial de los 30.
James Baker (secretario del Tesoro) era partidario de coordinar las políticas macroeconómicas entre los países del G-7 (primero Japón, luego Europa, y por último, G-5 en donde se elaboró un proyecto de acuerdo y comunicado para una reunión de ministros).
Medellin Gallegos, Aurora Itzel.
Finanzas Internacionales. 2023-1
Grupo: 0001
30 de agosto de 2022.
Mapa 1. El dólar fluctuante, 1980-1990
Explicaba que EE.UU. había intervenido en los mercados de cambios para tratar de detener el ascenso del dólar.
Los ministros y titulares de los bancos centrales se reunieron en el Plaza Hotel de NY el 22 de septiembre de 1985.
Señalaba que los cambios recientes en las condiciones económicas no se habían visto debidamente reflejados en los mercados de cambios.
Colaboración más estrecha, en donde se podría incluir la intervención.
Las tasas de cambio deben cumplir una función en el ajuste de los balances externos.
La caída del dólar, 1985-1987
El 23 de septiembre de 1985, las autoridades monetarias norteamericanas intervinieron en los mercados de cambio. Vendieron una suma moderada de dólares para la compra de marcos y yenes.
Días después al anuncio del Plaza, países del G-5 intervendrían. Mientras las autoridades norteamericanas permanecían fuera del mercado de cambios durante 1986 a medida que el dólar se depreciaba, a pesar del cambio en sus políticas.
Los operadores dentro del mercado no contaban con la certeza sobre las intenciones de las autoridades y eran renuentes a tomar posiciones bajistas en dólares.
A fines de febrero de 1986, cuatro directores de la Reserva Federal hicieron aprobar un recorte en la tasa de descuento, a pesar de la existencia de oposiciones, llamándo un “golpe de Estado palaciego”. Hasta diciembre del mismo año, el dólar se depreciaría ordenadamente, con alguno que otro rebote.
Su tasa efectiva (promedio frente a otras monedas de países industrializados) decreció, perdiendo el 70 % de su aumento.
Cumbre Económica de Tokio 1986
Se pidió que fueran revisados colectivamente los objetivos y pronósticos económicos individuales al menos una vez al año para poder examinar su compatibilidad mutua mediante la base de los indicadores de las principales variables macroeconómicas
En el cuarto trimestre de 1986, la tasa de cambio real efectiva del dólar según la media de la Reserva Federal estaba en un 16% por encima de su promedio de 1980.
El déficit comercial norteamericano no daba señales de mejora.
Procesos en el mercado de cambios, 1988-1990
Se hizo una declaración el 31 de octubre en donde “la alineación del tipo de cambio entre el yen y el dólar alcanzada luego del Acuerdo del Plaza es coherente en términos generales con los hechos fundamentales vigentes”, y se reafirmó la disposición para cooperar en lo relacionado con el mercado de cambios.
Mercados reaccionaron y el dólar se fortaleció, pero recayó en enero de 1987
El acuerdo de Louvre y su epílogo
Los ministros de economía y los titulares de los bancos centrales se reunieron el 21 y 22 de febrero en el Palais du Louvre, entre los países del G-6, debido a que el ministro de economía de Italia decidió retirarse.
Bibliografía:
Solomon, Robert. "El dólar fluctuante, 1980-1990" en Dinero en Marcha. La Revolución en las Finanzas Internacionales a partir de la década de 1980, Ediciones Granica, Argentina, 2000, pp.19-64
El comunicado de la reunión establecía:
-Bendecía las tasas de cambio.
- Advertía que los grandes desequilibrios comerciales y de cuenta corriente plantean grandes riesgos económicos y políticos.
- Reducción de los grandes desequilibrios insostenibles, asunto de alta prioridad.
- Objetivo de crecimiento global equilibrado debe cumplir función crucial para la reducción.
Se podían mejorar las balanzas de pagos afectando los ingresos, sin necesidad de afectar los precios por medio de nuevas modificaciones de las tasas de cambio.
La reacción inmediata del acuerdo del Louvre fue una desvalorización del marco frente al dólar. La sucesión de déficit en cuenta corriente a partir de 1980 había incrementado la deuda externa del país, lo que significaba que los pagos de intereses al exterior eran y seguirían siendo mucho mayores a principios de la década.
Se necesitaba un superávit comercial, para equilibrar la cuenta corriente, así como, una mejora en el balance de ahorro-inversión
En febrero y septiembre de 1987 el rendimiento de los bonos aumentó, el brusco ascenso de las tasas de interés fue uno de los factores que provocó la caída en picada de los precios de las acciones del “lunes negro”, cuando el índice Dow-Jones bajó en más del 22%.
Una de las consecuencias del crash de la bolsa una depreciación mayor del dólar contra el marco y el yen.
La intervención norteamericana bajo la forma de ventas de moneda extranjera para sustentar el dólar y las reservas oficiales disminuyeron.
Los activos oficiales extranjeros aumentaron.
El ingreso reconocido de capitales privados extranjeros estaba sobrevaluado dejando ver que el ingreso privado había decrecido significativamente.
Gracias al gran déficit en cuenta corriente Estados Unidos debió apoyarse en el capital extranjero hasta convertirse de acreedor neto en deudor neto del resto del mundo.
El aumento de la deuda externa neta reflejó tanto el déficit acumulado en cuenta corriente como el menor valor del dólar como moneda de cambio, lo cual elevó el valor del dólar de los activos norteamericanos en monedas extranjeras.
En la primavera de 1988 el dólar se encontraba relativamente bajo, y para el otoño del 89 este había mejorado su cotización considerablemente.
Balanza de pagos de Estados Unidos, 1987-1990'
La balanza comercial de Estados Unidos reaccionó ante la depreciación del dólar con un retraso considerable. La baja del dólar comenzó en febrero de 1985, el déficit comercial siguió aumentando durante los años siguientes.
Mientras los países en desarrollo aún se encontraban en depresión como consecuencia de la crisis de la deuda.
El déficit fue financiado durante la mayor parte de la década de 1980, en donde el ingreso de los capitales privados (EEUU) superó la salida de capitales norteamericanos al exterior, financiando aproximadamente un 70% de este.
Los bancos centrales extranjeros que acumulaban reservas en dólares y las usaban para la compra de títulos norteamericanos o depósitos en bancos del país.
El déficit, en términos reales, llegó a su pico en el tercer trimestre de 1986.
En 1987 el crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios constituyó más de la cuarta parte del crecimiento del PIB.
Cuenta corriente
Los balances de cuenta corriente de todos los países del mundo suman cero, ya que el pago de un país es la recaudación del otro. .
Destacando que en la práctica no suman cero sino que registran un exceso persistente de pagos con respecto a las recaudaciones (débitos a créditos) debido a las diferencias de medición
Discrepancia de la cuenta corriente: los ingresos de capital se miden de manera más completa que los egresos y por eso los pagos de intereses y dividendos superan los recibos de los mismos.
Hacia el final de la década de los 80´s la discusión de las relaciones entre balanzas de pagos se concentró principalmente en los países industrializados.
Los países en desarrollo tuvieron un déficit, pero esto cambiaría drásticamente a medida que se superaba la crisis de la deuda y que aumentaba enormemente la movilidad del capital privado.
Los ministros de economía y los directores de bancos centrales del G-7 dijeron en un comunicado que el ascenso del dólar en los últimos meses no coincidía con las tendencias fundamentales a largo plazo.
El déficit en cuenta corriente norteamericano decrecía pero aún era muy alto por lo que las perspectivas de reducción de este déficit presupuestario eran turbias.
La apreciación del dólar era difícil de explicar ya que reflejaba una combinación de burbujas especulativa con reacción a la incertidumbre política.
Las autoridades monetarias intervinieron y esta fue conocida como la intervención de mayor magnitud por parte de los Estados Unidos.
Japón también pasaba por una burbuja especulativa, un crecimiento económico veloz impulsado por un boom en inversiones y acompañado por el ascenso espectacular de los precios de las acciones y la propiedad de raíz.
El Banco de Japón mantuvo tasas de interés bajas y una política flexible.
El marco sufría presiones ascendentes tras la caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989 y la unificación de las dos Alemanias en 1990
Ajustó su política monetaria, incluso elevando la tasa de descuento.
Pero no pudo detener la caída del yen.
Se generó un gran aumento de la demanda en Alemania occidental (déficit).
Comenzaron a reunirse informalmente en marzo de 1973 en la biblioteca de la Casa Blanca, formando el “grupo de la biblioteca”.
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Seis meses después durante las reuniones anuales del FMI y el BM el ministro de economía japonés, los invitó a cenar surgiendo así el Grupo de los Cinco.
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En 1986, se invitó a Canadá e Italia formando el Grupo de los Siete.
La actividad económica del G-7 se redujó,
la política monetaria se volvió más rígida, y
el aumento del precio del crudo incrementó el impuesto sobre las ventas.
El PIB de los países del G-7 aumentó apenas un 0.8% anual en 1980, mientras que en otros decreció, igual que los países en desarrollo.
Tuvieron superávit crecientes en su cuenta corriente durante la mayor parte de los 80’s.