En muchos casos estas mutaciones suelen pasar por apoptosis o son destruidas por los linfocitos T del sistema inmune y, también, logran evadir los mecanismos de detención y empiezan a proliferar, provocando así tumores que dañan los tejidos de un órgano o, en casos más graves, diseminándose a otros órganos, lo que causa metástasis, la cual es muy dificil de combatir.
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