Si suponemos que el sistema significante incluido en el lugar del Otro es completo, no habría manera de incluir, en esas condiciones, al propio sujeto; si suponemos que es incompleto, podrá ser completado por un objeto heterogéneo, esto es, el objeto pulsional. Es esta última eventualidad la que exploró Lacan en su grafo del deseo. De modo que el segundo piso del grafo supone que el Otro —del primer piso— sea incompleto. El objeto será el medio por el que el sujeto intervendrá en el lugar del Otro. El supondrá además que existe en el interior del lugar del Otro, como uno de sus elementos, el conjunto vacío, y tratará de localizarse ahí. El segundo piso puede calificarse stricto sensu de "piso de la separación", que es precisamente lo que Lacan quiere decir cuando habla de "enunciación", como vamos a mostrar seguidamente. Se reparte de la siguiente forma: S(A) >- (S 0 D) donde S(A) representa al significante (o, mejor aún, el lugar) de una falta en el Otro (tachado), y (S 0 D) representa a la pulsión. No se trata de representar con este piso "otro nivel más profundo", sino de mostrar otra cara de la captura del sujeto por la cadena significante. De una forma concreta se pretende aquí dar cuenta de lo que ocurre en el nivel pulsional, en la determinación de la demanda sobre el cuerpo como cuerpo de goce.