Las cuerdas vocales son dos bandas de tejido muscular flexibles que se encuentran en la porción final de la laringe, en contacto con la entrada de la tráquea. Cuando no queremos hablar, estas cuerdas se encuentran relajadas (y, por lo tanto, separadas) para permitir la respiración. Pero cuando queremos hablar o emitir un sonido, estas dos bandas musculares se contraen, se juntan y, al juntarse, vibran cuando el aire espirado intenta pasar a través de ellas. Aquí es donde tiene lugar la vibración y, por lo tanto, la verdadera producción de sonidos.
A menor tamaño de laringe (más habitual en mujeres y niños), las cuerdas vocales serán más pequeñas, por lo que habrá menos vibración y los sonidos serán más agudos.