La segunda apuesta del inconsciente sería, contra la modernidad y su vagabundeo, un retorno por fin posible a nuestras fuentes siempre presentes, aunque reprimidas: lo primitivo, la infancia, lo mítico, lo oculto, lo legendario, lo femenino.
La curación, por lo tanto, es un pasaje a la posmodernidad mediante un retorno a la premodernidad de cada uno, según su propia historia.
Instaura en él una laguna, restaura una pérdida original, una falta primera de objetos colmantes y totalizantes.