Jesucristo se refiere a los Diez Mandamientos cuando un joven le pregunta cómo conseguir la vida eterna: “Maestro, ¿qué he de hacer yo de bueno para conseguir la vida eterna?”. Jesús responde: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”. Y cita a su interlocutor los preceptos que se refieren al amor del prójimo: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre”. Finalmente, Jesús resume estos mandamientos de una manera positiva: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 19, 16-19). (Catecismo de la Iglesia Católica, 2052)