Walker Evans, plantea su propio concepto denominándolo "Fotografía documentalista trascendental", asimilándolo a un fruto de contacto con la realidad externa y el espíritu interno de la naturaleza viva que se hace presente ante un fotógrafo, de ese modo, la fotografía siempre quedará como una subjetividad irremediable, no solo por razones técnicas o metafísicas sino por la razón simple de ser, que una fotografía es obra de quien la crea, de quien la compone y no debe tener una explicación mayormente estructurada.