Es Eterno. El origen de su existencia no se mide ni en eones ni en evos ni en ninguna medida, pues está fuera del tiempo. Es infinito. Su extensión no se mide ni en años luz, ni en escalas infinitesimales, pues está fuera del espacio. No es un ser ni material ni espiritual, es el SER, lo que fue, lo que es y lo que será, lo que está siendo siempre, o sea, es esencia y existencia pura, no hay nada en potencia en Él (nada que no sea ahora y que esté esperando ser en el futuro). Por tanto, es el permanente ahora. El motor de todo, pues es la causa de todo, por tanto, es dinamismo puro, pero que al mismo tiempo es inmutable, pues en Él no cambia nada, pues si cambiara significa que algo le faltaría para desarrollarse en plenitud y Él ya es plenitud. Como no le queda nada por conocer, pues si le quedara algo por conocer, habría una falta en Él y Él no tiene faltas, entonces, todo lo conoce, o sea es Omnisciente. Como no le queda nada por hacer, pues si tuviera algo por hacer, tendría acciones pendientes, lo cual también sería una falta en Él y Él no tiene faltas, entonces, todo lo puede, o sea, es Omnipotente. Es trino: es tres personas y una misma naturaleza, cada persona con su propia personalidad distintiva y diferente a las otras dos, pero coiguales en infinitud, eternidad, poder, conocimiento, etc. La personalidad Padre al pensarse a sí misma, engendra a la personalidad Hijo, y del amor entre esas dos personalidades procede la personalidad Espíritu Santo. Dios creador de todo, quien se abaja encarnándose y viviendo como hombre para voluntariamente y por un acto de amor entrar en la historia del hombre, sacrificarse por él y redimirlo del pecado.