(1) factores geográficos (p. ej., clima + humedad + lluvia + tipo de meteorización terrestre + química del agua superficial); (2) geotectonismo (p. ej., tasa de erosión y acumulación, morfología costera, emergencia y hundimiento, ya sea eugeosinclinal o miogeosinclinal); (3) posición geomorfológica (p. ej., sedimentos de cuenca versus sedimentos de laguna + velocidad de corriente + tamaño de partícula - + clasificación + descarga de sedimentos); (4) factores geoquímicos en un sentido regional (p. ej., agua supersalina versus agua marina y fluidos y gases volcánicos); (5) tasa de acumulación de sedimentos (p. ej., halmirólisis -+ transferencia de iones + preservación de materia orgánica + zonación bioquímica); (6) composición inicial de los sedimentos (p. ej., aragonito versus calcita de alto Mg y bajo Mg y contenido de isótopos y oligoelementos); (7) tamaño de grano (p. ej., contenido de materia orgánica - + número de bacterias + tasas de difusión); (8) pureza de los sedimentos (por ejemplo, porcentaje de arcilla y materia orgánica, intercambio de bases de arcillas que alteran los fluidos intersticiales); (9) accesibilidad del marco de piedra salada a la superficie (p. ej., los sistemas de cavidades permiten reemplazos); (10) fluidos y gases intersticiales (p. ej., composición, tasa de flujo e intercambio de iones); (11) condiciones fisicoquímicas (p. ej., pH, Eh, presiones parciales de gases y contenido de COz); (12) historia diagenética previa del sedimento (p. ej., la expulsión previa de oligoelementos determinará la diagénesis posterior).