La respuesta (violenta o no) ante los estímulos que
nos rodean depende de la percepción de las situaciones.
El adolescente agresivo se ve a sí mismo en un mundo amenazante, sus experiencias dolorosas
(abuso, abandono) le han enseñado que el entorno es hostil.
Hay rigidez en el pensamiento, incapacidad para lo abstracto y fantasías focalizadas sobre la
violencia La emoción fundamental es la desconfianza y la
defensa una imagen que inspira temor Sus rasgos fundamentales son: Baja empatía,
Excesiva desconfianza, Tendencia a justificar la violencia, Hipersensibilidad a la proximidad física
(necesita mucho espacio personal), sobrepasa ampliamente el cuadro de la psicopatía.